Libro: El pincel de Marfil . Iris Redondo Sánchez
Capítulo VIII ¿Dónde esta? pag 61
Al
salir, el sol brillaba y en el ambiente se respiraba la alegría propia de los
días de primavera.
–Vaya, no puedo creerlo han hecho una estatua sobre mí, nunca pude
imaginar que algo así, ocurriría algún día-exclamó Velázquez al contemplar la
escultura que había frente a él, en la puerta principal del museo, donde ya
había algunos turistas haciéndose fotos.
-¿Qué son esos
pequeños artilugios que tienen en las manos?-preguntó asombrada Margarita.
-¿Has hecho ya la foto?-gritó una voz a lo
lejos.
–Al parecer, creo que
eso, se llama foto y esas máquinas son las que las hacen. Elaboran como un
cuadro en miniatura en apenas unos segundos, es perfecto-hablaba Velázquez a la
infanta, ensimismado, fijándose en todo lo que les rodeaba.
-¡Despierta!-dijo
Margarita a Velázquez para sacarlo del
trance en el que se encontraba.
–He, ¿Qué? sí, venga tenemos que encontrar el cuadro que nos devuelva al
Alcázar-le contestó Velázquez aún embelesado por lo que veía.
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